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El Mueble Neoclásico: Luis XVI e Imperio

El clasicismo de este estilo se manifestó dentro de un completo vocabulario de motivos derivados de fuentes grecorromanas, si bien las formas globales también reflejaban el nuevo estilo.

Con el naciente sentido del culto a lo clásico reaparecen la línea recta, tanto horizontal como vertical y el tono de los muebles se torna más rígido pero con una serena sensación de equilibrio.

Las formas de los muebles eran simples y geométricas; diseños rectangulares, circulares y ovales descansaban sobre patas rectas que se estrechaban y que tenían una sección cuadrada o redonda.

El mueble en general está inspirado en la arquitectura, y su estructura, que se ocultaba en el rococó con ornamentación, ahora se destaca claramente a la vista mostrando los elementos verticales sustentando a los horizontales.

Hay un grupo de muebles fabricados totalmente en línea recta y con la única ornamentación de finas molduras de cobre encuadrando cajones y detalles de estructura, mientras que otro grupo combina armoniosamente rectas y curvas con predominio rectilíneo.

Así llega a tener el Estilo Luis XVI o Neoclásico rasgos propios que le distinguen de los precedentes y se diferencia del Estilo Imperio, por ser una adaptación más original; presenta una mayor rigidez en su diseño por la predominancia de línea recta; su elegancia, ligereza y finura no es rebuscada sino natural y en conjunto no desdeña la curva graciosa ni la decoración ondulada aunque no llega a la de Luis XV, que es más graciosa y movida.

Principales Características:

  • El uso de maderas exóticas (en especial, la caoba y el palo de rosa) siguen siendo la madera preferida y se regresa a la utilización del ébano, que se había abandonado desde el estilo regencia.

  • Los muebles mas comunes se barnizan, los mas finos son chapeados y con marquetería. Es común la madera pintada de tonos claros.

  • Los adornos son simétricos, usándose preferentemente: Guirnaldas de flores o paños, motivos arquitectónicos como medallones, molduras dóricas, jónicas y corintias, nudos, cintas y hojas de acanto.

  • Siguen los bronces aplicados, mucho más ligeros pero muy finamente dorados y cincelados, y la marquetería adquiere ahora un mayor desarrollo.

  • Los torneados, que estaban desterrados desde el Luis XIII, vuelven ahora decorados con pequeñas aplicaciones de bronce, como goterones, capiteles, ramas de laurel en espiral, y, sobre todo, las típicas estrías talladas.

  • Los soportes son verticales o en espiral y de menor sección a medida que bajan a la base.

  • Los tapizados se manifiestan espléndidos.

  • Surge una nueva moda con el mueble pintado.

A los ensambles de caja y espiga, de lengüeta, de cola de milano o golondrina siguen variaciones de los mismos cada vez más complicados, obligados por la calidad de la obra y el avance de la técnica

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